miércoles, noviembre 01, 2017

En la costa suiza




En un pueblo de allá por la costa suiza,
-ohé, ohé-,
un viejo pescador,
borrachín, tranquilo, sin dar la paliza
a nadie de su alrededor,
pretendía vivir a su manera,
que era:

salir a pescar.
Y pescar
boquerón, calamar, o alguna ballenita
-que también las da el mar-
y después regresar
con la frente marchita,
como dice el cantar
que se suele volver.
Y vender el pescado en la lonja,
boquerón, calamar,
una esponja
-que también las da el mar-,
y cobrar
lo que hubiera ganado
al vender el pescado.
Y marcharse a gastar
lo que hubiera cobrado,
en comer
y en comprar
cuanto es menester
poseer.

E invitar a beber
y beber hasta el anochecer.
Y arrojar lo que hubiera sobrado
del dinero cobrado,
arrojárselo al mar,
devolver.
Devolverle el dinero.
Y cada amanecer
empezar desde cero.

Pero muchos vecinos denunciáronle al pobre
-ohé, ohé-
por contaminar.
Que sus pocas monedas, sus "vertidos de cobre",
ponían perdidito el mar.
Y no pudo vivir a su manera,
que era:

salir a pescar...

Javier Krahe

Javier Krahe

Carmen París

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