domingo, enero 17, 2010

Alma mía


Alma mía sola, siempre sola,
sin que nadie comprenda tu sufrimiento,
tu horrible padecer;
fingiendo una existencia siempre llena
de dicha y de placer,
de dicha y de placer...

Si yo encontrara un alma como la mía,
cuantas cosas secretas le contaría,
un alma que al mirarme sin decir nada
me lo dijese todo con su mirada.

Un alma que embriagase con suave aliento,
que al besarme sintiera lo que yo siento,
y a veces me pregunto que pasaría
si yo encontrara un alma como la mía.

María Greever


Pedro Guerra

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